Los Cuidados Paliativos son definidos por la Organización Mundial de la Salud como un “enfoque que mejora la calidad de vida de pacientes y familias que se enfrentan a los problemas asociados con enfermedades amenazantes para la vida, a través de la prevención y alivio del sufrimiento por medio de la identificación temprana e impecable evaluación y tratamiento del dolor y otros problemas, físicos, psicológicos y espirituales”.
La Medicina Paliativa afirma la vida y considera el morir como un proceso natural. Los cuidados paliativos no adelantan ni retrasan la muerte, sino que constituyen un verdadero sistema de apoyo y soporte para el paciente y su familia. En el proceso asistencial se integran los aspectos psicoemocionales y espirituales del paciente
Los cuidados paliativos proporcionan alivio del dolor y otros síntomas. Ofrecen un sistema de soporte para ayudar a los pacientes a vivir tan activamente como sea posible hasta el final.
Mejoran la calidad de vida y pueden también influenciar positivamente en el curso de la enfermedad.
Los tratamientos curativos y paliativos no son mutuamente excluyentes, sino que son una cuestión de énfasis. Así, se aplicarán gradualmente un mayor número y proporción de medidas paliativas cuando avanza la enfermedad y el paciente deja de responder al tratamiento específico.
En el momento de agotamiento de tratamiento específico, entramos en una situación de progresión de enfermedad, dirigiéndose los objetivos terapéuticos a la promoción del confort del enfermo y su familia.
Pacientes con enfermedad oncológica avanzada, con insuficiencias de sistema cardiovascular, respiratorio, renal o hepática avanzada, con enfermedades neurológicas evolutivas sin tratamiento curativo disponible, se benefician con la atención paliativa.